Presidente Peña ante la ONU: “Paraguay hoy está de pie y listo para cumplir su misión ante la historia”
En su mensaje inicial, el mandatario comenzó recordando que, en 1945, representantes de 51 Estados, entre ellos Paraguay, acordaron la creación de la Organización de las Naciones Unidas.
“Al intervenir, por primera vez, en esta magna asamblea como Presidente de la República del Paraguay, deseo iniciar expresando nuestro reconocimiento a la labor de las Naciones Unidas, que desde sus inicios ha proporcionado un marco global de cooperación entre las Naciones para promover la paz, los derechos humanos y el bienestar de los pueblos”, comenzó diciendo.
El mandatario continuó señalando que 78 años después, el multilateralismo enfrenta desafíos muy visibles en términos de eficacia y legitimidad. “En un mundo de tanta riqueza, los niveles de pobreza y desigualdad continúan obstinadamente altos, mientras que la migración masiva asociada a conflictos bélicos y a falta de oportunidades, el terrorismo internacional, el crimen transnacional y las tensiones geopolíticas representan retos ante los cuales tanto los mecanismos de cooperación como su gobernanza, que han prevalecido en las últimas casi 8 décadas, se encuentran claramente desfasados”, remarcó.
Sobre el mismo punto, prosiguió diciendo que la imposición de ciertas tendencias o enfoques culturales o ideológicos es percibida, no sin razón, como una interferencia en la soberanía y los valores nacionales, lo que erosiona la confianza y debilita la voluntad de cooperar en el ámbito multilateral. “Consecuentemente, pueden observarse crecientes niveles de desconfianza entre los Estados miembros, lo que dificulta la cooperación y la voluntad de comprometerse en aras del bien común”, sostuvo.
La tragedia humanitaria de Ucrania
En otro momento, el mandatario reflexionó sobre la crisis del 2008, la reciente pandemia, y hoy, el conflicto de Ucrania, “que han puesto en evidencia debilidades y limitaciones de las instituciones multilaterales en su capacidad para hacer frente a los desafíos con impacto global y riesgo sistémico. En el último caso, la ONU y su Consejo de Seguridad han adoptado medidas cuyos resultados penosamente están lejos de ser alentadores”, enfatizó.
Trayendo a colación la historia del Paraguay, recordó que a pesar de haber sufrido las desgracias de dos injustas guerras, “una que nos puso al borde de la extinción como Nación, el espíritu y la historia nos compelen a apostar al diálogo, y NO a la fuerza como mecanismo para solucionar cualquier controversia, tal cual lo demuestra la Convención Gondra de 1924, propuesta por un insigne paraguayo y aprobada por todos los países latinoamericanos por unanimidad y sin una sola enmienda, cuyo fin era precisamente evitar y prevenir guerras entre estados americanos”, expresó. Al mismo tiempo, instó a todas las partes involucradas en este conflicto, a detener de inmediato las acciones militares para evitar más víctimas y daños, y así trabajar para que no haya nuevas guerras como la de Ucrania.
Fortalecimiento de la ONU y reforma del Consejo de Seguridad
Prosiguiendo con su alocución, el Presidente Peña expresó que se necesita trabajar en el fortalecimiento de la ONU, con miras a construir nuevas capacidades que le permitan responder con eficacia y eficiencia a los permanentes y cambiantes desafíos globales.
Por otro lado, en el marco de la reforma y ampliación del Consejo de Seguridad, mencionó que Paraguay considera que la estructura orgánica y funcional de las Naciones Unidas debe reflejar la dinámica del escenario internacional sobre bases participativas, democráticas, y equitativas que observen los principios rectores de la Carta para promover la paz, la seguridad y prosperidad de los países en igualdad de condiciones. “En ese sentido, el Gobierno de Paraguay expresa su apoyo a la República de China – Taiwán para ser parte integral del sistema de las Naciones Unidas”, sostuvo.
Desafíos ambientales
Sobre el cambio climático, el mandatario mencionó que este supone un gran desafío planetario y que se debe tomar medidas, tanto rigurosas como justas, para evitar un mayor daño al planeta y a sus habitantes.
“Las restricciones comerciales basadas en criterios como las prácticas agrícolas o los estándares medioambientales generan descontento e incertidumbre y son barreras injustas y discriminatorias ya que intentan extrapolar realidades de regiones altamente desarrolladas a territorios en vías de desarrollo, sin tener en cuenta sus diferencias ni valorar adecuadamente las propias prácticas de mitigación ambiental de estos territorios. Esto implica que los países menos desarrollados tuvieran que asumir la responsabilidad de los daños ambientales causados por la industrialización en los siglos XIX y XX, cuando no existían medidas de mitigación, y tuvieran la obligación de hacerlo a expensas de renunciar a oportunidades de expansión comercial, generación de empleo y creación de riqueza”, expresó.
A continuación, destacó que Paraguay ha demostrado al mundo que es líder en la producción de energía hidroeléctrica, una fuente limpia y sostenible que abastece tanto las necesidades internas como las de los países vecinos. “Hemos puesto a Paraguay en el mapa como un ejemplo a seguir en la transición hacia un mundo más sostenible. Somos un ejemplo concreto de cómo una nación puede aprovechar los recursos naturales de manera responsable y sostenible para promover el desarrollo económico y al mismo tiempo la mitigación del cambio climático”, afirmó.
“Durante años, fuimos objeto de críticas y señalamientos injustos, pero hoy, gracias al trabajo de múltiples gobiernos, les puedo decir con firmeza que los hechos hablan por sí mismos. El 44% del territorio paraguayo conserva su cobertura forestal. El 95% de la superficie sembrada de cereales y oleaginosas en Paraguay en 2022 implementa tecnologías sostenibles como la siembra directa y la rotación de cultivos y es libre de deforestación desde el año 2004, resultado de nuestra política de deforestación cero”, resaltó en otro momento.
Desafíos Globales
“Hoy enfrentamos cuatro desafíos globales que generan tensiones geopolíticas: acceso al agua, seguridad alimentaria, suficiencia energética y resiliencia en las cadenas logísticas. Al ser Paraguay una potencia en estos grandes temas, estamos llamados a ser protagonistas en el concierto de las naciones”, destacó.
El Presidente resaltó que el subsuelo paraguayo alberga la mayor reserva mundial de agua dulce, incluyendo el Acuífero Guaraní que compartimos con nuestros vecinos. “Paraguay es proveedor mundial de alimentos, siendo uno de los pocos países del mundo capaces de producir alimentos para alimentar a su población y a más de 100 millones de personas alrededor del mundo. Paraguay aspira a convertirse en el centro logístico del Corredor Vial Bioceánico Sudamericano, lo cual convierte nuestra centralidad geográfica en una oportunidad y fortalece la integración con países vecinos y mercados del Pacífico. Por su intersección con la Hidrovía Paraguay-Paraná, esta red multimodal se convertirá en la forma más competitiva de transportar productos de diferentes países a los puertos del Pacífico, facilitando consensos para la gestión de la navegación fluvial. Sin duda, dará un nuevo impulso al proceso de integración de Sudamérica y transformará la visión con la que resolvemos los conflictos que puedan surgir”, expresó además.
En este punto, el mandatario recordó las palabras del escritor paraguayo Augusto Roa Bastos, Premio Cervantes, mencionando que: PARAGUAY ESTÁ DECIDIDO A ABANDONAR SU ANTIGUA IMAGEN DE ISLA RODEADA DE TIERRA, SIGUIENDO SU VOCACIÓN HISTÓRICA, GEOGRÁFICA Y CULTURAL, PARA CONVERTIRSE EN EL CENTRO DE LA INTEGRACIÓN SUDAMERICANA.
35 años de democracia
El Presidente Peña también se refirió al proceso de construcción democrática en Paraguay, desde hace 35 años. “Este año renovamos la conducción política del país mediante un proceso electoral transparente, con amplia participación ciudadana, y en el cual el pueblo paraguayo expresó su voluntad con firme vocación democrática y plena confianza en el Estado de Derecho. El Paraguay vive hoy su mayor periodo histórico de convivencia democrática, con la vigencia de los más nobles valores de una democracia libre, participativa y pluralista, y convencido de que NO existe otro sistema aceptable que no sea el de la innegociable vigencia de los derechos humanos y la libertad”, resaltó.
El resurgir de un gigante
“Mi país valora la paz, el desarrollo sostenible y la integración entre los pueblos, porque somos un país que ha renacido de sus cenizas, luego de una guerra de exterminio que truncó el proceso de desarrollo temprano de una nación que, ya en los albores de la revolución industrial, había desarrollado uno de los primeros ferrocarriles interurbanos de Sudamérica, contaba con astilleros y fundiciones de hierro, y, sobre todo, apostaba muy fuertemente a la formación de su capital humano mediante la educación”, destacó.
Prosiguió mencionando que “la reconstrucción después de la hecatombe de 1870 que aniquiló el 90% de la población masculina paraguaya fue conducida por connacionales patriotas, sin apoyo financiero ni tecnológico internacional y con un pequeño flujo de migrantes europeos que llegaron y se establecieron en el país a pesar de un relato que nos desprestigiaba. Pero, como dijo en inmortales palabras el presidente Bernardino Caballero, en su mensaje presidencial en 1884, el Paraguay tiene el mérito incontestable de haberse levantado de sus ruinas, sin haber solicitado para ello el concurso extraño. Ha perseverado con aquella rara abnegación que es la virtud de los fuertes y ha triunfado: es el artífice de sus propios destinos”.
A la par, destacó el papel fundamental de la mujer paraguaya en la heroica tarea de reconstruir el país. “No en vano, la mujer paraguaya es reconocida como la más gloriosa de América y la piedra angular sobre la cual se erige nuestra Nación”, remarcó.
“Con pasos firmes y decididos, Paraguay sigue fortaleciendo su institucionalidad y su economía. Luego de ocupar por décadas el lugar de país más pobre de Sudamérica, hoy somos un país de ingresos medios altos, con alta credibilidad en los mercados financieros internacionales que nos acerca al anhelado grado de inversión, con altos estándares de producción certificados conforme a normas internacionales, con transparencia y sobre todo con una estabilidad macroeconómica que nos destaca a nivel mundial y está sustentada en la disciplina fiscal y monetaria y un esfuerzo permanente de mejorar la gestión pública”, reforzó.
Finalmente, el Presidente Peña destacó a un Paraguay que hoy está de pie, y listo para cumplir su misión ante la historia. “Por ello hablamos del “resurgir de un gigante”, pero no lo hacemos con un afán expansionista o grandilocuente, sino con una firme convicción de un pueblo orgulloso de sus raíces, de su historia heroica y aguerrida y con la más profunda convicción de su destino de grandeza”.